Es una novela dentro de otra novela. Para distinguirlo Sacheri titula los capítulos de su novela, mientras que simplemente numera los escritos por el funcionario de justicia jubilado Chaparro. La historia principal del joven tesorero de banco Morales es muy interesante. Todos los personajes secundarios están muy logrados: Sandoval, Báez y Morales. Quizás los ‘malos’, Romano e Isidoro, quedan un poco difuminados, pero al fin y al cabo la historia la cuenta Chaparro, por lo que sólo puede hablar de ellos ‘de oídas’.
Giros imprevistos, ironía, humor negro. Amistad, amor correspondido y amor oculto. Presenta una sociedad convulsa y fascinante. Lo que mas me gusto fue una de las máximas de Sandoval que Chaparro utilizaría como epitafio oral de su amigo (refiriéndose a sus superiores -secretario y juez- cuando comienza la historia):
“El día en que los boludos hagan una fiesta, estos dos reciben a los demás en la puerta, les sirven los refrescos, les ofrecen torta, encabezan el brindis y les limpian las miguitas de los labios”.
La pregunta de sus ojos no es mas que una historia de un asesinato que después de trabas se termina resolviendo y el protagonista se da cuenta que no puede perder mas tiempo amando a una mujer sin decírselo. Pero Sacheri la hace tan compleja, con tantas descripciones, que mientras la leemos, ademas de ver lo que nombre al principio aprendemos sobre la historia argentina, los típicos trabajadores públicos y la justicia que no es tan justa en este país. Al terminar la historia te das cuenta que no es solo una historia sino que es el relato de situaciones que pasan todos los días. Creo que eso es lo que hizo exitosa a la novela (mas allá de que la popularizó Campanella) los argentinos especialmente no sentimos identificados con esos problemas y por primera vez estamos del lado de los buenos.
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